El cáncer de testículos es el tipo de tumor más común en hombres jóvenes, especialmente entre los 15 y 35 años. Los tratamientos disponibles varían según el tipo y el estadio del cáncer e incluyen cirugía, quimioterapia o radioterapia. Si se detecta de manera temprana, las posibilidades de curación son significativamente altas. En Urología Ruber Internacional, ofrecemos una evaluación diagnóstica inmediata desde la primera sospecha de cáncer de testículos, así como todos los pasos necesarios a seguir para frenarlo.
El cáncer testicular se caracteriza por el crecimiento anormal, rápido e invasivo de células malignas en los testículos, que son las glándulas sexuales masculinas ubicadas junto al pene.
El cáncer de testículos se origina cuando ocurre una modificación del ADN de las células del testículo, que contiene instrucciones que le indican a la célula qué funciones debe hacer. La multiplicación de células cancerosas provoca una gran cantidad de células adicionales en el testículo, lo que puede formar el tumor. Este último puede diseminarse más allá del testículo, generalmente a los ganglios linfáticos, el hígado y los pulmones, produciendo lo que se conoce como cáncer testicular metastásico.
Los tumores testiculares se pueden clasificar en:
Representa hasta el 50% de los casos. Son más comunes en hombres de 30 a 40 años y suelen localizarse en los testículos, aunque hasta en una cuarta parte de las ocasiones, pueden presentarse de forma extragonadal.
Constituyen el resto de casos y suelen incluir más de un tipo de célula.
Los pacientes con seminoma tienen un pronóstico excelente: la tasa de curaciones globalmente es del 90%, e incluso en los estadios más iniciales es cercana al 100%. Este elevado porcentaje se trata de una supervivencia global, sin tener en cuenta edad, tipo histológico o fase de la enfermedad. Si existe metástasis, desciende hasta un 60-70%.
Los testículos se forman en el vientre durante el desarrollo del feto. Por lo general, suelen descender al escroto antes del nacimiento. Si alguno de los testículos no desciende y se mantiene en una posición superior a la bolsa escrotal, se define como criptorquidia y puede suponer un factor de riesgo para tumores testiculares.
En los pacientes que tienen antecedentes familiares con cáncer de testículos, el riesgo relativo aumenta respecto a la población general.
Se trata de una enfermedad de base genética que se presenta en los hombres cuando tienen un cromosoma X extra.
Aunque no todos los casos producen los mismos síntomas -puede no haber síntomas, pero sí enfermedad- estos son algunos de los más comunes que alertan de un posible cáncer testicular. Es importante recalcar que, normalmente, el cáncer se presenta en un solo testículo.
El aumento inusual en el tamaño de uno o ambos testículos puede ser un signo temprano de cáncer. Es importante observar cualquier cambio en el tamaño o la forma.
La forma de presentación clínica más frecuente es aumento del volumen del testículo, indoloro, de evolución en días y con una consistencia pétrea.
La hinchazón de los testículos puede ser un indicio de cáncer, vaya o no acompañada de dolor. Su aparición puede ser gradual o repentina.
Un dolor persistente o una sensación de pesadez en la parte baja del abdomen o en la espalda puede estar asociado con un debut clínico extragonadal.
Algunos tumores de células de Leydig pueden producir hormonas sexuales masculinas, que en niños pueden producir signos de pubertad a una edad anormalmente temprana.
Se trata del aumento del tejido mamario en hombres. Puede estar relacionado con ciertos tipos de cáncer que afectan al equilibrio hormonal, pues secretan en exceso determinadas hormonas.
El diagnóstico se realiza a través de una exploración física para detectar masas no dolorosas y posibles aumentos de tamaño. Además, se puede realizar una ecografía escrotal para confirmar la presencia de masas sospechosas, así como una tomografía computarizada para evaluar la extensión del cáncer. Desde el punto de vista bioquímico, la determinación de marcadores tumorales, orientan al tipo de tumor primario y es mandatorio realizarla, ya que, se considera fundamental en el seguimiento posterior.
Una vez diagnosticado, el tipo de célula del tumor determina el tratamiento. Los seminomas son sensibles a la radioterapia y quimioterapia, mientras que los tumores no seminomas pueden requerir observación, cirugía o quimioterapia, dependiendo del tipo celular y la extensión del cáncer.
El tratamiento inicial generalmente implica la extirpación quirúrgica del testículo afectado a través de una pequeña incisión inguinal. En algunos casos, se puede colocar una prótesis testicular para fines cosméticos. En Urología Ruber Internacional, también llevamos a cabo otro tipo de tratamientos específicos según el caso de cáncer de testículos del paciente.
En algunos casos, se puede considerar una cirugía conservadora testicular.
Involucra la colaboración de urólogos, oncólogos y radioterapeutas.
Utilizada para tratar células cancerosas en todo el cuerpo.
Dirigida específicamente al área afectada.
Puede incluir técnicas de preservación de la eyaculación y criopreservación seminal previa.
En nuestra clínica, nos aseguramos de que cada paciente reciba un tratamiento personalizado y coordinado por un equipo multidisciplinario. Desde el diagnóstico inicial hasta las terapias avanzadas, estamos comprometidos con brindar la mejor atención posible para combatir el cáncer de testículos.